Se van a cumplir 10 años de la publicación de Un pie tras otro. Este es un tebeo que recuerdo con cariño. Lo dibujé sobre el mostrador de Plan B cómics, la librería especializada que tenía hace unos años. En esa época no teníamos los famosos pinceles Pentel y recuerdo que lo entinté con pincel y tinta china, llevándome el tintero a la librería con el riesgo que eso suponía (tenía algunos clientes bastante patosos). La verdad es que era un lugar bastante incómodo para dibujar por eso tuve que apañármelas para terminar las 44 páginas del tebeo entre colocar pedidos, buscar sitio para el manga, despachar a los comerciales y atender a los clientes.
En esa época me dejé engañar por el polémico moviento DOGMA95, que idearon Lars Von Trier, Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen entre otros, donde se tenían que respetar una serie de normas estrictas para hacer un tipo de cine más realista, nada que directores como Godard no hubiesen hecho antes.
En fin, que traté de hacer algo similar con este cómic. Ideé mis propias reglas para hacer el tebeo.
Para empezar me propuse hacer una historia realista trabajando sin un guión previo. El tema tenía que ser social, en blanco y negro. Pero lo más difícil que me propuse fue trabajar sin hacer el lápiz previo, es decir trabajando la tinta directamente.
El tebeo apenas fue distribuido porque, como decía más arriba, fue autoeditado con una ayuda de la Junta de Extremadura que daba a publicaciones.
Para los que no les guste Lars Von Trier, les diré que al final el tebeo se acerca más a la película del moviento DOGMA95 Lovers de Jean Marc Barr que a las del director de Rompiendo las olas.
Unos años más tarde volví a repetir el experimento con El hombre del perrito, esta vez editado por Astiberri.
El tebeo se puede comprar por 6 euros en esta dirección: http://ferminsolis.vendder.com/un-pie-tras-otro
Está muy bien la historia, Fermín. Así ando yo, dibujando donde, como y cuando puedo...
ResponderEliminarPues Ricardo, así muchas veces se hacen los mejores tebeos, ánimo.
ResponderEliminarestoo...utilizaste la regla ¿no?
ResponderEliminarPues sí, para hacer las viñetas pero para lo demás, ya ves, "torcío, torcío to"
ResponderEliminarEl planteamiento es muy interesante: intentar hacer un cómic desde la improvisación y huyendo de los patrones creativos prefijados. Sin embargo, como razonas un poco después, el propio movimiento DOGMA, buscando ese realismo, constriñe la creación artística con múltiples reglas y, en mi opinión, no hay corsé más asfixiante para el creador que la propia regla. La poesía evolucionó rompiendo las normas de la rima y de la métrica. El cine tiene su propio lenguaje, y muchos clásicos, como Godard, Bergman o Tarkovsky revolucionaron el lenguaje del cine basándose en lo requería la propia historia, que fue un lenguaje distinto, pero no impostado como el que gasta usualmente von Trier (sin restar mérito a algunas de sus pelis). En el cómic quizá, uno de los revolucionarios rebeldes que experimentó dando grandes frutos es, a mi parecer, Moebius.
ResponderEliminarPor otra parte, no he leído tu primera obra, pero estoy convencido, por las viñetas que pones en tu blog, que será de gran interés. ¡Y qué difícil lanzarse directamente al entintado, y más aún en la tienda de Dr. Fleming, entre pedidos, entradss y salidas.
Saludos y enhorabuena por tu blog.
Gracias por tu extenso comentario, Pablo.
ResponderEliminarHe de reconocer que Moebius es una de mis asignaturas pendientes. Y tienes razón en lo de las reglas que cortan toda libertad.